sábado, 28 de agosto de 2010

La cañonera chilena Covadonga: una breve historia de los intentos por recuperar sus restos y su estado actual



La Covadonga, a su arribo a Valparaíso el 24 de junio de 1879, luego del Combate de Punta Gruesa



La cañonera chilena Covadonga: una breve historia de los intentos por recuperar sus restos y su estado actual
John Rodríguez Asti

En años recientes, la opinión pública y la prensa en general, mucho ha especulado en torno de la posibilidad de reflotar los restos de la cañonera chilena Covadonga, hundida frente al puerto de Chancay el 13 de setiembre de 1880 por acción de la Sección de Torpedos y Máquinas de Guerra de nuestra Armada.

Con el interés en ver a flote la nave chilena, de triste recordación por la actitud de su comandante frente a los náufragos de la fragata blindada peruana Independencia el 21 de mayo de 1879, se ha llegado a proponer incluso, la posibilidad de efectuar un canje por el blindado peruano Huáscar, buque que actualmente se halla como museo flotante (“Reliquia Histórica”, como es denominado por la Armada de Chile) frente a la Base Naval de Talcahuano.

Desde las páginas del blog “Historia Naval y Marítima”, creemos necesario efectuar una revisión de los intentos efectuados desde su hundimiento por recuperar los restos de dicho buque, así como el conocer si ello es realmente posible.

Como bien menciona el capitán de navío Francisco Yábar Acuña en su extensa y bien documentada obra Las Fuerzas Sutiles y la Defensa de Costa durante la Guerra del Pacífico, la Covadonga “....era un buque de especial significado histórico para Chile, pues había sido capturada ingeniosamente el 26 de noviembre de 1865 por el entonces capitán de fragata Juan Williams Rebolledo en el combate naval de Papudo y había logrado escapar de la Independencia en Iquique, causando que nuestra fragata encalle durante la persecución” .

En días posteriores al hundimiento de esta nave, cuyo mérito correspondió al teniente segundo Decio Oyague, los primeros en bucear y explorar sus restos fueron los propios chilenos, quienes extrajeron parte de la artillería y otros objetos de valor del buque; luego de ello, procedieron a dinamitar lo que quedaba de él a fin de evitar fueran visitados por buzos peruanos.

Concluida la guerra, el primer esfuerzo para rescatar objetos de valor de la cañonera chilena, fue autorizado por el Gobierno peruano mediante resolución suprema del 10 de octubre de 1885, la misma que otorgó un permiso para que privados extrajesen diversos objetos del pecio, con la obligación que dejaran limpio el bajo ocasionado por la nave hundida. Estos trabajos ocasionaron que además de los daños sufridos por la nave al momento de ser hundida, la misma fuera depredada, así como sometida a diversas explosiones con la finalidad de demolerla y aclarar el fondo marino para que no constituyera un peligro a la navegación.

Ya en el siglo XX, en el año 1959, la Capitanía de Puerto del Callao autorizó a los señores Diego Cordero y Alfredo Biffi para extraer objetos que aun pudieran existir, los mismos que luego fueron entregados en mayo del mismo año al Museo Naval del Perú sede Callao para su restauración y exhibición. Para efectuar tales trabajos, la Marina apoyó con la grúa “Alcatraz” y los remolcadores BAP Dueñas y BAP Olaya. Entre los mismos se encontraban dos cañones y el cabrestante de la nave chilena.

Dibujo que muestra la situación de los restos de la cañonera chilena Covadonga tal como se hallaban en el año 1987. Se aprecia la gran destrucción del mismo, que evidencian la imposibilidad de su extracción.



Posteriormente, en 1987, la Marina de Guerra del Perú dispuso que el Servicio de Salvamento con la Dirección de Hidrografía y Navegación inspeccionaran el pecio, a fin de determinar la viabilidad de su reflotamiento. En aquella oportunidad, de los estudios in situ efectuados por buzos y especialistas de ambas dependencias de la marina, se informó que las posibilidades de reflotamiento o la recuperación del casco eran absolutamente negativas dado que se pudo apreciar la ausencia total de la superestructura, cubierta principal, compartimentos, así como la inexistencia del forro del casco y estructuras en ambas bandas, existiendo solamente la quilla, los maderos de la roda, el codaste, la parte inferior del casco y algunas cuadernas que se hallaban bastante débiles.

Quedó en claro en aquella ocasión y así fue informado, que cualquier intento de reflotar los restos de la Covadonga, ocasionarían que se deterioraran aun más, lo que se complicaba también por la inexistencia de puntos firmes de donde se pudiera efectuar una maniobra de izado.




Proyectiles extraídos del pecio de la Covadonga en 1993 y que actualmente son exhibidos en el Museo Municipal de Chancay.


Medallón de bronce obsequiado por la juventud de Santiago y Valparaíso a la dotación de la cañonera Covadonga con ocasión del Combate de Punta Gruesa. Actualmente, ya restaurado, se exhibe en el Museo Municipal de Chancay.


En el año 1993, la Municipalidad de Chancay, recibió varios objetos extraídos de los restos de la Covadonga por pescadores locales, entre ellos el medallón de bronce obsequiado por la juventud de Santiago y Valparaíso con ocasión del Combate de Punta Gruesa; una tetera de peltre, proyectiles de diversos calibres; una perilla y bisagra de bronce, así como un lastre de plomo. Dichos objetos fueron restaurados por técnicos especialistas contratados por la Marina de Guerra del Perú y luego entregados al museo de sitio existente en Chancay. Se debe señalar, que el medallón de bronce en cuestión, ha sido hasta la fecha, la pieza de mayor valor hallada en la nave chilena, si consideramos los motivos que originaron su confección y otorgamiento. Por otro lado, estos trabajos contaron con el aval y la participación de peritos del INC.

Ancla perteneciente a la cañonera Covadonga, luego de haber sido extraida del fondo del mar, frente a Chancay.



Finalmente, entre los años 1997 y 1999, un grupo de especialistas integrado por oficiales, personal y miembros de la Asociación Nacional Pro-Marina (entre ellos el finado Rómulo Rubatto, uno de los impulsores de la recuperación de sus restos), efectuó diversos trabajos para extraer y poner en valor los objetos que aun existían entre los remanentes del casco de la Covadonga. De manera coincidente con los trabajos efectuados, una bolichera de la compañía pesquera Austral, halló accidentalmente una de las anclas de la cañonera chilena, la misma que fue entregada para su restauración, la que se pudo efectuar con apoyo de la industria privada.

Hoy en día, los restos de la que fuera alguna vez la cañonera Covadonga, aun se hallan descansando en el fondo de la bahía de Chancay, y la mayor parte de las piezas extraídas a lo largo del tiempo, se hallan principalmente en tres lugares, en el Museo Naval del Perú, sede Callao, en el Museo de la Fuerza de Operaciones Especiales (en la Base Naval del Callao) y en el Museo de Sitio de la Municipalidad de Chancay.

Desde estas páginas, esperamos haber contribuido en aclarar dudas respecto a la posibilidad de reflotar o recuperar los restos de la Covadonga, situación que como hemos visto es técnicamente imposible. Ojala que con ello, se ponga punto final a tanta especulación y polémica inútil al respecto.


4 comentarios:

  1. http://www.peru.com/noticias/portada20100827/114863/Otto-Guibovich-plantea-reflotar-la-Covadonga-para-recordar-heroismo-de-peruanos
    Creo que ya sabías de eso. Creo que fue por eso que publicaste este artículo.
    De todos modos, éste y el otro son muy entretenidos.
    Una de mis mayores fascinaciones es la historia y construcción naval. Me gustó mucho tu blog. Gracias.

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  2. Sería interesante pensar en la posibilidad de reconstruir el buque sopesando el coste con la tremenda trascendencia culturar que implicaría ello. Tengamos un poquito de imaginación. En USA, los aviones que se han partido en millones de piezas literalmente hablando han sido reconstruidos con el fin de descifrar las causas del accidente y qué conclusiones han encontrado! pensemos 'out-of-the-box' .. quizás con inversión privada pueda hacerse realidad tan anhelado sueño de muchos peruanos.

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  3. Una consulta quizás fuera del tema central de este blog. ¿era el Huáscar el único barco de la AP que tenía la capacidad de retroceder'

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